13/diciembre/2013'<3
Ella dice que me cuida. Que
ha procurado mi bienestar, mis comidas, y sospecho que incluso mis hábitos
intestinales. Por dios, me procura tanto que comienzo a sentirme asfixiado.
Cuando comenzó a elegir mis
camisas acorde al color de sus vestidos, pensé que era algo normal, que podría
dejarlo pasar, aun cuando el blanco es mi color favorito y el que ella más
evita. En el momento en que los gritos afinados y las largas notas agudas
resonaron en mi departamento, decidí que podía vivir con ello, que quizá era
música aunada a su estado hormonal. Inclusive cuando mi cuarto de baño fue
invadido por instrumental variado y suplementos para recibir aquella visita
mensual suspiré fuerte e imagine que,
ciertamente, “era normal” (aunque el hecho de guardar jeringas, vendas, gasas,
y toda clase de artilugios me es escalofriante).
Pero por amor del señor,
¿era necesario reemplazar mis papas fritas de reserva con zanahorias bebe*?
¿Qué sucede con ella, que de
un tiempo para acá quiere controlar todo? Hasta me mira mal si de casualidad unas ojeras
se han pintado en mi rostro. Me ha
tirado mis zapatos favoritos alegando que “no eran buenos para mi columna”, y
los ha reemplazado por unos horribles, espantosos.
Sus ojos parecen taladrarme
cuando pido una hamburguesa, y su voz suave y queda murmura “No cariño, mejor
una ensalada, he sacado tu IMC* y es lo que más te conviene”. Por si fuera poco
ya no se me permite comer en cualquier puesto ambulante pues “¿No he pensado en
la cantidad de microbios que habitan en el aire, en donde se lavan las manos
esas personas que atienden, donde van al baño?” ¡Vaya dolor en el trasero!.
Entre beso y beso me
pregunta si es que me he lavado los dientes, y por el estado de aquella herida
secreta. Incluso me comenta que me conseguirá una pomada, por si no fuera lo
suficientemente vergonzoso, frente a todos.
Cuando vamos a mi casa, le
recomienda a mi mamá cocinar con menos grasa, y a mi hermana que salga a hacer
ejercicio con su marido “Media hora de caminata al día es suficiente”, y luego sonríe.
Sonríe de manera cálida y especial y todos parecemos olvidar por un momento que
atenta contra nuestros hábitos establecidos desde hace años, edificados sobre
esta casa en el mismo momento en que empezamos a criarnos.
Ni siquiera teme a que la
engañe. “Allá tú y tu pene” dice, la muy desgraciada, sin temor a mencionar ninguna
parte de mi querida anatomía “Las ITS* no se me van a pegar a mí”, para luego
acariciar mi mejilla, en un gesto adulador, y decir “Y tus amiguitas muy sanas
no se ven”.
¡Por amor del señor! ¡Me
exaspera tanto!
Pero entonces llega con una
sonrisa triste, una lagrimita traicionera cruzando su mejilla, la mirada
perdida y me cuenta de aquel paciente que tuvo tanto tiempo, y “que no lo logro”.
Llama la vecina, aquella que
siempre le hace groserías y le hace malas caras, y ella rápido va a ponerle una
inyección. También, todos los días se aparece a eso de las diez en la puerta de
don Rubén, el vecino mas viejito del edificio, y le toma la presión. “No se
olvide de tomarse sus pastillas”, decía, para al día siguiente llegar con un
organizador ideal para él.
De repente mi hermana va a
dar a luz y es ella quien asiste el parto, y
quien victoriosa cuida de su sobrina lo mas que se pueda.
Es ella quien cuida de mis
papás, y les consigue programas personalizados de alimentación y ejercicio.
Y sobre todo, es ELLA, esa
pequeña controladora, ideática, perfeccionista, cuidadosa, obsesiva mujer la
que más me ama en el mundo. Tanto es así que emprende miles de acciones en pro
de mi salud, aunque estas signifiquen aguantar una noche de fiebre del
troglodita más grande del planeta, o simplemente preguntar “¿Cómo te fue en tu
trabajo, cariño?” e iluminar todo con esa sonrisa tan grande que tiene.
Aunque es cierto que a veces
no la entiendo (sobre todo cuando menciona todos esos síndromes y enfermedades
de las que yo no suelo tener conocimiento), y jamás me pasara por la cabeza
como es que hace tanto por tan poco (monetariamente hablando, porque jura y
perjura que cuando los pacientes dicen “gracias” todo ha valido la pena), yo
también la amo.
Porque si, es acostumbrarte
a un ritmo nuevo y diferente de vida, pero no hay nada mejor en el planeta que
ser novio de una enfermera.
*Zanahorias bebe = Una variedad de zanahorias realmente pequeñas.
*IMC = Indice de Masa Corporal
*ITS = Infecciones de Transmisión Sexual
Inspirado un poco en lo que veo día a día.