18/julio/2013'
Atractivo sexual
Él le mira, ella lo observa, y algo nace entre ellos.
¿Qué es lo que le atrajo, quizá su vientre plano o la suave
curva de sus pechos?
¿Qué es lo atractivo de él, quizá su estatura o la sonrisa de
marfil que le envía?
Se vuelven a mirar y se sonríen. Todos los pasajeros que les
acompañan en el metro podrían estar ahí o en China y les daría igual, porque no
importan, porque ha desaparecido el asco producido por aquel señor de mal olor,
porque aquella niña que llora a gritos ha dejado de colmar su paciencia, porque
ya no se aferran a un tubo lleno de gérmenes: Ahora su vida se ha mudado a una
pequeña burbuja donde solo existen ellos dos y esa corriente entre ambos, que a
pesar de estar separados les une, como un hilo firme, dorado, resistente y
reciente.
La mirada de él se adapta a la anatomía de ella: Encuentra
profundamente interesante el escote ligero de su blusa blanca, y aun más que
esta le permite ver ese ombligo adornado por un arete. Ella se conforma con ver el brazo que se
asoma bajo aquella camisa, y la porción de torso que blanca, se muestra,
curiosa.
Y las miradas de ambos se vuelven a encontrar, y de repente
el metro anuncia una parada y ellos sobresaltados se dan cuenta de la realidad.
Se dan cuenta de que son las siete y quince de la mañana, que probablemente
llegaran tarde, y que aun faltan caminar unas cuantas cuadras más. Se dan
cuenta de que aquel muchacho de aspecto inocente ya les ha robado la cartera a
dos señoras. Se dan cuenta de que aquella chica con aspecto de come libros
advirtió todo y no dijo nada, pues su mirada se encuentra enfocada en la región
glútea de él. Se dan cuenta de aquella pareja al fondo del vagón, ellos que
parecen estar entrelazados y con aspecto de no poder –aunque quisieran-
separarse jamás. Se dan cuenta de aquel
señor de edad avanzada que observa con ojos libidinosos a una colegiala
entretenida con su Ipod. Se dan cuenta de sus propios cuerpos, reaccionando a
todo, y vuelven a mirarse entre si. Entonces aquel hilo dorado se rompe, y con
un asentimiento de cabeza el baja del metro.
Ellos fueron solo
otras victimas más del atractivo sexual.
Segundo en mi colección de relatos cortos.
2 comentarios:
Me gusto un monton, enana.
Como que me acorde de cierto paseo en combi...
Saludos desde el frio Canada,
-Tu Sam.
Eres muy mala, fin...
Mentiraaa!! Curioseando por facebook me encontré el link y me dio mucha curiosidad, me encató ya que lo leí, en serio, me tranportó en tiempo y espacio hacia el relato, felicidades, escribes muy bello, sis
Kharen C:
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